Respuesta a Carta a una Nación Cristiana

Página extraída de Carta a una Nación Cristiana: Contrapunto, Por R.C. Metcalf. Para más información visite www.ThinkAgain.us.

Respuesta a "Carta a una Nación Cristiana" - Mi Conclusión
Las palabras de Pablo, en su primera carta a la iglesia que ayudó a establecer en Corintio, resumen bastante lo que he tratado de elucidar en este libro. La evidencia a favor de la veracidad de la Resurrección de Cristo está creciendo. En el libro de William Craig The Son Rises, él resume magistralmente la evidencia histórica y filosófica a favor de la Resurrección. El trabajo voluminoso de N.T. Wright, titulado: The Resurrection of the Son of Godofrece una evaluación a profundidad de estos mismos argumentos, y más.

Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído. Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de los muertos? Porque si no hay resurrección de los muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos, primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. - 1ra de Corintios 15:3-22

Usted probablemente considera la esperanza de una vida más allá de esta espiral mortal, tan sólo una simple quimera. Sin embargo, millones de americanos la ven como una realidad presente. El ateo no tiene nada que ofrecer al hombre o mujer moribundos que luchan con las preocupaciones del final de la vida, más que el legado que pueda continuar, proveniente de las contribuciones hechas durante la vida de él, o de ella. El ateo no ofrece ninguna solución al problema del aparente mal injustificado. Si todos somos simples productos de una forma de la selección natural carente de Dios, muchos de nosotros no tenemos mucho que esperar de una vida sin esperanzas, llena de sufrimiento inexplicable y terminando en la extinción personal. Dios proporciona la solución final a los problemas del mal y de la muerte, porque Él nos ha ofrecido a todos nosotros una forma de vivir, una vida que cuenta por la eternidad, y el entrar a la alegría inconmensurable de una eternidad con Él.

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Diez libros que recomiendo:
Reasonable Faith por William Lane Craig
Scaling the Secular City por J.P. Moreland
The Holiness of God por R.C. Sproul
The Language of God por Francis Collins
I Don’t Have Enough Faith to be an Atheistpor Norman Geisler and Frank Turek
Walking from East to Westpor Ravi Zacharias
God: Coming Face to Face with His Majestypor John MacArthur, Jr.
The Resurrection of the Son of God por N.T. Wright
Authentic Christianitypor John R.W. Stott
Classical Apologetics por R.C. Sproul, Arthur Lindsley, y John Gerstner